miércoles, enero 03, 2007

Las artes decorativas medievales. John Cherry.


Las artes decorativas estaban muy presentes en la sociedad de la Edad Media. Multitud de objetos reflejaban temas como el de la Naturaleza y la vida rural que tomaron protagonismo ya en la Alta Edad Media. Motivos animales y vegetales eran frecuentes en el mundo sajón y Francia ya que se produce un aumento del naturalismo con la observación de la naturaleza en el siglo XIII. Se toma la idea de Santo Tomás de Aquino en la que afirma que el arte es imitación de la Naturaleza. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en los capiteles de la Sala Capitular de Southwell Minster en Nottinghamshire, o en la escultura en piedra en general dónde los capiteles dan un paso de la rigidez hacia más naturalismo, por ejemplo la escultura de principios del siglo XIII en la Catedral de Reims. También lo vemos en instrumentos musicales y en tapices que eran parte de la decoración de las residencias de las clases nobiliarias. La sociedad medieval dependía de su éxito en la lucha contra la Naturaleza y esto hace que se va reflejado en los objetos cotidianos. Se produce una imagen idealizada del campo, con representaciones del mensario, debido a la importancia del trabajo de los meses, por ejemplo en los frescos de la Torre Longthorpe, o en infinidad de azulejos. Y surgen escenas de caza como la cetrería por la importancia de las aves, ligado ello a las clases altas y una muestra variada y rica de bestiarios, la lucha entre hombres y animales con representación de leones (animal real), grifos, perros como símbolo de fidelidad y lealtad. A parecen monos y babuínos en decoración de manuscritos. Se da una jerarquización de la animalística, el león es el rey. Se produce un mundo al revés.

La heráldica también tuvo ligazón importante en la vida cotidiana y se veía representada en cualquier tipo de objeto decorativo. Su desarrollo es característico del siglo XII y es una muestra fehaciente de la identidad de la realeza y la nobleza. Se encuentra plasmada en el vestuario y utensilios de los caballeros como son los arneses, colgantes, cintas de caballo, estandartes en su mayoría, al igual que en otra clase de objetos que no tienen que estar relacionados directamente con el entorno del caballero. Las más frecuentemente representadas eran las armas de los reyes de Inglaterra hasta que se produce una separación de las armas francesas e inglesas hacia el 1340 con el reinado de Eduardo III. El color para la decoración con heráldica de los diversos objetos es un elemento importante, siendo los más utilizados el rojo, azul, verde, púrpura y negro. Asimismo se hace un empleo del esmalte bastante desarrollado. Tomaron importancia también la divisas como emblema o marca de una persona o familia para ser reconocida y fueron sustituyendo a la heráldica por ser un modo más sencillo y directo de identificación. Tenían formas dispares como perros de plomo, cisnes blanco, azulejos, jarras y elementos de mesa. Ambas ratifican las posesiones y el status de quien las porta.

Otros objetos importantes en la vida cotidiana de la Edad Media eran los utilizados en banquetes y festines. Salones que estaban decorados con heráldica y en donde había una diferencia entre quienes comían y quienes servían. El pavo real estaba representado en los banquetes más elaborados y estaba cubierto por hojas de oro. En Inglaterra alcanzó gran importancia la figura del salero que marcaba donde se sienta el anfitrión. Cuencos, jarras, aguamaniles, cacharros de cocina, cubiertos, todos ellos de materiales diversos según la clase social a la que pertenecían. Metales nobles para los objetos de las clases altas como, oro, plata, los más frecuentes las cucharas y plata dorada, que fueron siendo poco a poco sustituidos por los realizados en peltre, una aleación que los hacía más duraderos y menos frágiles, utilizado para vasijas y vajillas. Portaban decoraciones e inscripciones de armas. El aguamanil constituía un elemento importante ya que el hecho de lavarse las manos y la higiene en general era una actitud muy practicada. En relación con la higiene también había una extensa variedad de jarras y jofainas para lavarse las manos antes de comer. Esto es importante ya que se comía con las manos, los cubiertos son algo que surge a posteriori. Dentro de la cubertería, y debido a esto último, el cuchillo era el más familiar, trinchar las viandas era todo un honor. Existía dos clases de cuchillos: dos pequeños de punta afilada y dos grandes de hoja ancha y delgada como lo demuestra una acuarela del juego de cuchillos de finales del siglo XIV que perteneció a Juan sin Miedo, duque de Borgoña y que pasó posteriormente a su hija. Los mangos eran de madera, las más ricas, taraceas esmaltadas. Las cucharas era de madera metal o asta las más frecuentes y las de plata pasaban de generación en generación en generación como algo propio y de valor que se transmitía. La cerámica era el material más empleado entre los utensilios de la clase humilde así como la madera para los cacharros. Se produce una jerarquización en el desarrollo de los banquetes. Los cacharros de cocinar raramente estaban decorados, eran de barro y metal (bronce) pero no así los recipientes de la mesa, los cuales tenían temas animalísticos o rostros humanos como ocurre en infinidad de jarras. También se producía el hecho de que el propio objeto tomara formas de animales y humanas, sobre todo en los elaborados con cerámica. Algunas veces se producía una decoración con escudos heráldicos. Una curiosidad la produce el hecho de que los bufones, en los banquetes portaban una especie de vara que también aparecía decorada.

Otro tema importante plasmado en los objetos decorativos es el del amor cortés y los romances. Forma parte de la inspiración de poetas y artes y decorativas. Surge a finales del siglo XI en el Languedoc, sur de Francia. Trata la humildad, la cortesía y la devoción al ideal de amor. Se desarrolla en castillos y cortes donde las señoras y damas establecen modales de comportamiento. El amor cortés significo un cambio en el concepto de amor, ya que se da una idea de éste de forma más libre y no ligado al matrimonio, si no fuera de él donde hay un intercambio del rol entre el hombre y la mujer, ella es la que somete y el hombre el sometido. El adulterio se produce porque los matrimonnios era de conveniencia, no se producían por amor. Hay gran variedad de temas en los romances, que decoran los objetos: “Tristán e Isolda”, “Lanzarote y Ginebra”, “El Caballero del Cisne”, etc. Se producen vastas escenas de amor en diversos objetos. Se representan en arquetas, arquetas de madera recubiertas de cuero con un empleo de símbolos para expresar el amor como la cetrería y la halconería y el emblema del corazón como hoy en día aún se usa, muy representado en alhajas como pendientes, broches, anillos que se regalaban por parte del amado como prueba de amor. Se produce un uso generalizado de las inscripciones simbólicas del tipo “Ie sui de druerie, si ne me donei mie” (Soy una muestra de amor, no me regales). Inscripciones generalizadas sobre todo como rasgo característico de los anillos y broches medievales: “Amor vincit omnia” (El amor lo puede todo), “Mon cuer avez” (Tienes mi corazón.) Eran regalos caros debido a lo que significaban, un presente tradicional que todo amante debía hacer. Como muestra este consejo de Charles d’Orleans, poeta francés del siglo XV: “Piensa en algo que pueda ablandar el corazón, / y envíaselo para calmar tu sufrimiento (de amor): / algún corazón, o anillo, o carta, o divisa, / o piedra preciosa; pero no repares en el precio.)

Como dice J. Cherry, solamente a través de la observación y el estudio de los fragmentos que se conservan del arte medieval secular, podremos llegar a apreciar la riqueza y complejidad de la vida medieval.