
Metamorphose II, 1991
Markus Raetz
No reconocerse. Mirar y no saber que el espejismo es real. Ser sin ser reconocido. La mirada propia como una identidad alejada de nosotros mismos. Recordar a Moravia cuando sus personajes se dilataban por los extensos pasillos de lo privado. Tener que reinventarse uno cada día ante acuosos reflejos de realidad intangible. Sí. Hoy, no como ayer, me siento maiakovskiana. El mundo frente a mí y mi respuesta cegada. Sí, lo sé: 'sigo necesitando vacaciones'.
1 comentario:
No hace falta mirar. Es mejor virar hacia la observación.
Travis
Publicar un comentario